sábado, 27 de enero de 2018

Serie documental de la Guerra Fría (episodios 7 al 12)

(puede ver los primeros seis capítulos aquí o la lista de reproducción completa en YouTube aquí)

Capítulo 7: Después de Stalin (1953-1956)


Este séptimo capítulo, Después de Stalin (1953-1956), comienza con la muerte de Stalin. Murió el padre, de quien absolutamente todo dependía. La era del terror estalinista había terminado en medio de una gran incertidumbre por no haber nombrado a un sucesor. Junto con la eterna crisis económica del socialismo, esta coyuntura hizo resurgir el malestar popular especialmente en los satélites soviéticos en Europa Oriental.

En la URSS Kruschov emergía en la lucha por el liderazgo. Él quería superar el legado del terror estalinista y se propuso dedicar más recursos de la economía planificada centralmente a los bienes de consumo y vivienda. También liberó a miles de los campos de concentración del archipiélago gulag. En el 20º congreso del Partido Comunista Soviético Kruschov, en una reunión secreta, denuncia las atrocidades de Stalin de las que él mismo había sido un actor instrumental. No salió en los periódicos, como mucho en los boletines internos del Partido, pero una copia del discurso se filtró a Occidente y fue emitida una y otra vez por Radio Free Europe. Por primera vez rusos y europeos orientales se enfrentaban a un mensaje distinto a que Stalin era Dios y no podía cometer ningún error.

Entretanto, los aliados occidentales permiten a Alemania Occidental tener un ejército y la admiten en la OTAN. En respuesta una URSS enfurecida formó el pacto de Varsovia, la alianza militar formal del bloque socialista que ya era controlado a sangre y fuego desde la capital imperial Moscú. Recordar, por cierto, que hasta hoy la izquierda europea sigue denunciando la existencia de la OTAN.

En Alemania Oriental había racionamiento de todo: carbón, calefacción, comida, etc. No había electricidad en las casas y miles de refugiados huían a Alemania Occidental. En este “paraíso” del proletariado, a los obreros se los presionaba con las infames cuotas de producción (para la industria pesada, nunca para bienes de consumo, recordar esto cuando alguien hable sobre los “logros” del “paraíso” socialista soviético). Estallaron las protestas en Berlín Oriental que pronto se contagiaron a toda Alemania Oriental. Por supuesto, los rusos sacaron los tanques y las tropas soviéticas apagaron la revuelta a sangre y fuego.

En Polonia estallaron las protestas por comida, por libertad para la Iglesia católica y para pedir el fin de la ocupación soviética del país después de más de 10 años de finalizada la Segunda Guerra Mundial. El propio ejército polaco lanzó sus tanques a la calle matando a 74 manifestantes. A algunos jóvenes arrestados los sometieron a los ya acostumbrados juicios-espectáculos televisados. Pero algunos reformistas dentro del Partido Comunista polaco se hicieron eco de las demandas populares, incluso de la atrevida exigencia de la retirada de las tropas soviéticas de ocupación. Los comunistas polacos eligieron a Gomulka, un patriota comunista que había estado preso con Stalin, por supuesto no pidieron permiso para esto a Moscú. Ante el atrevimiento, ahora sí le tocaba a Moscú hacer avanzar las tropas soviéticas sobre Varsovia. Kruschov viajó a reunirse con el líder comunista polaco mientras el ejército se preparaba para atacar. Pero Gomulka tenía el apoyo del ejército polaco y de la gente en las calles así que logró que Kruschov no hiciera una masacre y le dejara al gobierno polaco un poco más de libertad de acción en la política interna del país a cambio de mantenerse en el Pacto de Varsovia, es decir, dentro del imperio soviético.

En Hungría, los socialistas rusos le notificaron al Primer Ministro, que no gozaba de su aprobación, que “estaba enfermo” y que debía renunciar para ir a “tratarse” en Moscú. Los reformistas dentro del propio comunismo aprovecharon y querían colocar a Imre Nagy como Primer Ministro, a quien veían como un reformista. La gente, inspirada por Polonia, salió a protestar. Pero querían reformas más radicales que las propuestas por el reformista Nagy. Los civiles se armaron y ondeando la bandera húngara con el símbolo comunista recortado, impidieron que llegaran los tanques rusos a reforzar la represión. Durante 4 días mantuvieron liberada Budapest. Nagy negoció un cese al fuego con los soviéticos, quienes confiaron en que restauraría la autoridad comunista. Pero prevaleció el patriotismo de Nagy quien comenzó a apoyar las demandas de los rebeldes. Cuando estalló otra guerra en el Canal de Suez, se temía que con todo el mundo distraído, los soviéticos aprovecharan para sofocar a la rebelde Hungría, lo hicieron. Desesperado, Nagy declara Hungría neutral y se sale del Pacto de Varsovia para intentar alentar el apoyo internacional occidental, no tuvo éxito, el riesgo para Occidente de iniciar una tercera guerra mundial era demasiado alto. Los rusos invadieron Hungría y Nagy terminó ejecutado.



Capítulo 8: Sputnik (1949-1961)


Si te gusta ver explosiones de bombas atómicas y termonucleares o instrucciones con dibujos animados para enseñar a los niños cómo “sobrevivir” a ellas, este es el capítulo por el que debes comenzar esta serie.

En este octavo capítulo, Sputnik (1949-1961), veremos cómo en 1949 se detona la primera bomba atómica de la URSS. Los soviéticos habían infiltrado el Proyecto Manhattan y los espías habían estado alimentando por años al equipo nuclear ruso. Ahora EUA quería retomar la delantera con la bomba de hidrógeno. En 1952 llega Eisenhower, el héroe de guerra y antiguo comandante supremo de los aliados, a la presidencia estadounidense sucediendo a Truman. En noviembre de 1952 en el pacífico EUA detonó la primera bomba termonuclear, 1000 veces la potencia de la de Hiroshima. En 1955 le tocaría el turno a los rusos con su primera bomba H.

Eisenhower propone a la URSS la política de “cielos abiertos”, para poder monitorearse el uno al otro, y el intercambio de los programas militares para bajar las tensiones y la desconfianza. Por supuesto Kruschov se niega.

En esa época las armas nucleares podían ser arrojadas sólo por bombarderos. Y es ahí cuando empieza la carrera de misiles… digo... la carrera espacial. Los ICBM (misiles balísticos intercontinentales) son básicamente cohetes que salen al espacio y vuelven a entrar para detonar una bomba nuclear en su objetivo.

Así, comienzan los rusos: en octubre del 57, lanzan el Sputnik, habían ganado la competencia inaugural. Los ciudadanos del paraíso socialista hacían colas por comida y zapatos, no tenían automóviles o lavadoras pero los “logros” del paraíso socialista se obtenían en la industria pesada, militar y de cohetes. En un mes lanzaron el Sputnik II con la perrita Laika. El primer intento estadounidense, el Vanguard, explota vergonzosamente después de despegar y de elevarse un par de metros. Ahí entra Von Braun, quien había estado trabajando en un misil militar, al programa espacial. A este misil le pusieron como pudieron el satélite Explorer y lograron ponerlo en órbita.

El clímax de las tensiones en esta etapa llegó cuando los soviéticos derribaron un U2 espía que se envió para averiguar el tamaño de la brecha de misiles. Por supuesto el juicio al piloto fue un espectáculo público y una gran victoria para la propaganda comunista. En 1961 llega Kennedy a la presidencia culpando al Presidente republicano Eisenhower de haber permitido la brecha de misiles y se compromete a colocar a un estadounidense en la luna. Poco después de asumir, McNamara, su Secretario de Defensa, descubre con sorpresa que la brecha de misiles siempre había estado a favor de EUA. En abril del 61 los rusos tienen otro gran éxito en la carrera espacial, Yuri Gagarin se convierte en el primer ser humano en orbitar la tierra.


Capítulo 9: El Muro (1958-1963)


El Muro de Berlín, o la “barrera anti-fascista” como lo llamaba la propaganda soviética. El símbolo de la Guerra Fría y a la vez la muestra más tangible de la derrota del socialismo, un sistema tan absolutamente contrario a la naturaleza humana que ha requerido, en todas partes en donde se ha impuesto, prohibir la huida de sus propios ciudadanos. En su primer año, 50 alemanes orientales murieron al intentar cruzarlo.



Capítulo 10: Cuba (1959-1962)


¿Sabías que Fidel Castro llevó a la humanidad al borde de la extinción en una guerra termonuclear? ¿Sabías que si a Kennedy no le hubiese temblado el pulso con el fiasco de Bahía de Cochinos hubiese evitado 60 años de exportación de revolución socialista a Latinoamérica y nuestra historia habría sido muy, pero muy distinta?

En este décimo capítulo, Cuba (1959-1962), veremos cómo Fidel Castro llega al poder en Cuba y se consolida luego de ejecutar a 500 personas y comenzar con las expropiaciones. Cuando Castro viaja a EUA para asistir a la ONU, Eisenhower no se entrevistó con él por estar ocupado. En cambio Kruschov, el líder soviético, sí lo recibió con los brazos abiertos y le ofreció ayuda económica. En concreto, petróleo soviético, como sucedería décadas más tarde con el petróleo venezolano. Las empresas estadounidenses en Cuba se niegan a refinar el petróleo ruso. Con su milicia Castro ahora expropia las refinerías extranjeras en Cuba. EUA en retaliación deja de comprar el 95% del azúcar cubano que antes importaba. En respuesta a esto Castro expropia otros mil millones de dólares más de inversiones estadounidenses. Ahí es cuando Eisenhower declara el famoso embargo comercial (la prohibición a estadounidenses a hacer negocios con Cuba) y ordena a la CIA entrenar exiliados cubanos para liberar a Cuba.

Kennedy llega a la presidencia y hereda el plan de invasión de la CIA. Accede, pero justo antes de llevarse a cabo hace cambios para intentar ocultar la participación estadounidense. Ordenó reducir la escala del bombardeo previo que destruiría a toda la fuerza aérea cubana en tierra. Con solo 6 bombarderos destruyen tan solo la ridícula cantidad de 3 aviones cubanos.

Al igual que Chávez, décadas después, Castro todavía no se había desenmascarado como un fiel comunista leal a Moscú, pero a raíz del bombardeo declara finalmente que su revolución es socialista y busca abiertamente el apoyo soviético. Al día siguiente solo con 1.500 exiliados ocurre el fiasco de Bahía de Cochinos, el intento de invasión y liberación de Cuba. Los aviones de EUA que iban a proteger al ejército de exiliados durante el desembarco, son cancelados a último momento por un temeroso Kennedy. La fuerza aérea de Castro, que había sobrevivido al chiste de bombardeo, rápidamente destruyó todos los barcos con suministros. En solo tres días todos los exiliados habían sido arrestados o asesinados. La debilidad del demócrata Kennedy no solo había salvado a Castro, sino afianzado su poder y condenado a América Latina a décadas de exportación de la revolución cubana que tendría su clímax en la colonización de Venezuela y en la llegada al poder de revolucionarios del Foro de Sao Paulo, una situación que por desgracia hoy, a casi 60 años de la revolución cubana, todavía perdura.

En julio de 1962 Kruschov envía secretamente misiles nucleares a Cuba y 40 mil soldados soviéticos. El 14 de octubre un avión espía U2 estadounidense sobrevuela la isla. A la mañana siguiente llegarían sus fotos, que confirmarían que los soviéticos por primera vez habían colocado armas nucleares fuera de sus fronteras, a tan solo 150 km. de EUA. En este escenario los soviéticos podrían atacar sin advertencia temprana: Un primer ataque nuclear sobre EUA podría haber destruido todas las bases de bombarderos, todas las bases de misiles y todas las grandes ciudades excepto Seattle. Todavía los misiles no estaban operativos, las opciones eran bombardear o invadir antes de que lo estuvieran y con casi absoluta probabilidad iniciar la tercera guerra mundial todo por la imprudencia de un orgulloso Castro que no entendía que era tan solo un peón en la estrategia de sus amos en Moscú.

Los soviéticos seguían diciendo que eran solo armas defensivas y que si Kennedy no iba a invadir Cuba, EUA no tenía de qué preocuparse. Kennedy entonces decidió bloquear toda embarcación que se dirigiese a Cuba: la cuarentena. Es en ese momento en el que el Presidente estadounidense se dirige a la nación y hace pública la existencia de misiles nucleares enemigos en Cuba a pocos kilómetros de Florida. En respuesta, Kruschov puso en estado de alerta al ejército soviético y a los ejércitos de los países del Pacto de Varsovia, se preparaban para la guerra termonuclear. Cuba anunció una alerta de combate y organizó a 250 mil milicianos para repeler una invasión que también sería recibida en la propia isla con armas atómicas tácticas.

Los barcos de guerra estadounidenses rodeaban Cuba, pero las embarcaciones soviéticas seguían su curso. Los rusos decían que EUA no tenía derecho a detener y registrar sus embarcaciones. EUA decía que hundiría cualquier embarcación de cualquier nación que se dirigiese a Cuba y que se negara a ser registrada. Los misiles en Cuba ya casi estaban operativos y listos para ser utilizados. Por primera vez en la historia EUA pasó a DEFCON 2, DEFCON 1 era la guerra. Para colmo, justo en medio de las tensiones, los soviéticos derriban un avión U2 que sobrevolaba Cuba… 


Capítulo 11: Vietnam (1954-1968)


Vietnam (1954-1968). Una colonia francesa en el sudeste asiático gana su independencia de la mano de un ejército de nacionalistas comunistas. Una conferencia de paz divide al país en norte y sur y programa unas elecciones que nunca se realizarían por la oposición de EUA. La historia se repite, en el norte los victoriosos socialistas emprenden reformas agrarias radicales contra los “campesinos ricos” quienes son expropiados, humillados, perseguidos, saqueados y arrestados. En 1960, alentado por Moscú, se creó el Frente Nacional de Liberación, el Viet Cong que se propuso comenzar a asesinar a los líderes políticos en el sur. Solo en 1961 mataron a unos 4.000 funcionarios. Comenzaba la ofensiva del norte contra el sur con el patrocinio chino y ruso. Con el recuerdo de la Guerra de Corea aún presente, Estados Unidos interviene en lo que terminaría siendo el mayor fiasco de su historia militar.



Capítulo 12: MAD (1960-1972)


MAD: Destrucción Mutua Asegurada (1960-1972). El destino de la humanidad, literalmente su posible extinción, dependió durante décadas de un delicado equilibrio: la disuasión de iniciar un ataque al enemigo ante la absoluta seguridad de que hacerlo no podría devenir en otra cosa que en una completa aniquilación mutua. Una lógica perversa que emergió de la realidad de la Guerra Fría pero que evitó el apocalipsis. Por años esta tesis guio las estrategias nucleares soviéticas y estadounidenses quienes se prepararon para que, ante el peor ataque sorpresa del enemigo, se mantuviese la capacidad de una retaliación nuclear tan devastadora que inequívocamente asegurara que no hubiese vencedor alguno. Irónicamente, el perfeccionamiento de la capacidad de aniquilación del otro hizo posible una paz estable, eso sí, con algunos sobresaltos…