miércoles, 11 de noviembre de 2009

Juventud y Ruptura de Paradigmas

Hace un buen tiempo ya, alguien perdido en mi memoria me dio una interpretación muy interesante sobre el relato bíblico del éxodo del pueblo judío. La historia cuenta cómo Moisés lideró a su pueblo durante 40 años a través del desierto para escapar de Egipto y alcanzar finalmente la tierra prometida. Lo interesante de esta versión, lo que quedaría grabado en mi mente por muchos años, es la explicación del porqué una travesía relativamente corta en términos geográficos estaba destinada a durar 40 años.

La explicación fue de una poesía extraordinaria y de una vigencia sorprendente: vagar por el desierto durante 40 años permitiría al pueblo judío alcanzar la gran transformación que requería, de un pueblo esclavo y corrompido a otro muy distinto preparado para asumir su misión divina.

Y solamente en un período tan largo de 40 años sería posible que una nueva generación, nacida en el medio de la mayor austeridad y del más inclemente entorno, asumiera con nuevos valores el liderazgo en la comunidad y se lograse la gran transformación necesaria.

No se me ocurre mejor metáfora para describir la gran oportunidad de nuestra generación y la importante responsabilidad del rol histórico que debemos jugar los jóvenes en estos tiempos. Nacimos y crecimos en un contexto que no justificamos moralmente y que nos es incómodo e indeseable.

Hoy cuando la sociedad venezolana ha tocado fondo moral, política y socialmente, justo hoy cuando transitamos en medio del desierto de la inmoralidad y la corrupción, es el momento de sentarnos a pensar en temas trascendentales y de dejar de darle vueltas a los síntomas de la involución en una espiral inútil sin fin. Es necesario reconocer las verdaderas raíces del problema y dedicarnos a resolverlas, para plantearnos un modelo de país que le de esperanza y dirección a las generaciones por venir.
Pero a diferencia de aquél relato bíblico, la solución, nuestros 10 mandamientos, no nos va a caer del cielo por voluntad divina. Los jóvenes de Venezuela, sin distingo ideológico o partidista, debemos detenernos a reflexionar y debatir para ofrecer al país un renovado modelo democrático para la convivencia que garantice la libertad, la paz y el desarrollo.

Nos toca una labor pedagógica fundamental, la de enseñar a las grandes masas las lecciones de las luchas de estos últimos años: que sólo el modelo democrático es la garantía de una mejor Venezuela. Somos los más aptos para asumir esta tarea de volver a enamorar al pueblo de la democracia.

La necesidad fundamental es cambiar los antiguos paradigmas del “gendarme necesario” por nuevos esquemas centrados en la libertad y la responsabilidad individual enmarcadas en el imperio de la ley. La idea de que una sociedad compuesta de individuos plenamente libres y respetuosos de leyes justas, tiene mayor probabilidad de éxito que una sociedad de esclavos planificada y dirigida por un gran líder mesiánico.

Convencer a los venezolanos de que, al igual que a nuestra juventud, les ha llegado su mayoría de edad. Hacer que comprendan lo incómodo que es depender del papá Estado para su control, supervivencia o guía espiritual, para que se den cuenta de que les corresponde urgentemente tomar el control de sus propias vidas, asumir la responsabilidad de cada una de sus decisiones y desplegar todo el potencial creador de cada uno de los venezolanos. Esa es la única forma de salir de la pobreza, tanto de la material como de la espiritual. Sólo al emprender este necesario viaje hacia la madurez, guiada por un liderazgo joven, puro y fresco, la sociedad venezolana podrá por fin tomar el camino hacia el verdadero progreso.

Juventud, esta es nuestra tarea.
Caricatura de Weil

viernes, 2 de octubre de 2009

¿Hacia el liderazgo generacional o la "fuga de cerebros" hacia los partidos?



Escribo esto en el contexto del levantamiento de la huelga de hambre en la OEA, recordando que mientras redacto estas líneas existe aún un grupo de estudiantes en Táchira que la continúan y que merecen todo nuestro apoyo.

En una sociedad tan personalista como la nuestra, ya comienzan a tomar un alto perfil ante la opinión pública los jóvenes huelguistas y me viene a la mente una inquietud que he tenido desde hace ya un tiempo y que emerge recurrentemente: la absorción de este liderazgo fresco por parte de los partidos políticos.

Hago un paréntesis en primer lugar para aclarar cualquier posible interpretación errada de estas palabras. Siempre he sido defensor del importante papel de los partidos políticos en una democracia. Esquivo además la cuestión de qué tan democráticos, genuinos o dueños de una visión más o menos acertada puedan ser actualmente los partidos políticos más importantes en Venezuela, ya que creo en un proceso de mejoramiento continuo de los mismos que necesariamente tenderá a un mejor estado de cosas. Creo también en la necesidad imperiosa de fortalecerlos y depurarlos. Sin embargo, también soy fiel creyente de que en las democracias modernas son cada vez más importantes y necesarias las organizaciones de la sociedad civil, desde think tanks hasta los llamados grupos de interés. Existen muchas formas válidas y complementarias de organización y de acción política en una democracia.

Retomando el tema, nos encontramos hoy de nuevo con una importante iniciativa, de alto impacto y efectividad, pues se avanzó enormemente en los objetivos planteados, como lo fue la masiva huelga de hambre por la liberación de Julio, la visita de la CIDH a Venezuela y sobretodo para generar sensibilidad hacia el tema de la criminalización de la política y del creciente número de presos políticos en nuestro país.

Saltan a la vista, por lo menos para un observador “de a pie”, algunas características de esta iniciativa. Principalmente y como parece ser costumbre no provino de los partidos políticos, ni tampoco de las estructuras de representación estudiantil de las más importantes casas de estudio (con honrosas excepciones). Parece haber sido un movimiento bastante espontáneo y contagioso iniciado y propagado esencialmente por “caras nuevas”. Parece a todas luces un liderazgo emergente y muy fresco, con una buena idea que coincidió con el momento más oportuno y logró sus objetivos.

¿Acaso una iniciativa tan contundente no puede provenir de las estructuras establecidas? Tal vez entre las razones estén la maraña de intereses, las rencillas internas y externas de los distintos factores o que las visiones “institucionales” le quitan dinamismo y frescura a estas organizaciones. Tal vez al entrar en un partido o en una FCU se pierde dinamismo y se heredan los mismos intereses y rencillas que traban hoy el status quo.

¿Qué sucedería si este liderazgo joven emergente se “domesticase” y fuera a engrosar las filas de los partidos políticos? Simplemente estaría condenado a aprender nuevos (o más bien viejos) esquemas mentales del cálculo electoral y de la competencia predadora que paralizan hoy a grandes sectores de la oposición y no permiten avanzar hacia la solución de la crisis.

¿Por qué el movimiento estudiantil, o más bien lo llamaría el movimiento joven, se ha convertido en un factor protagónico y dinamizador de la crisis política venezolana? Creo que por su falta de ataduras, su irreverencia, su desorden organizado, su espontaneidad y en particular su bajo grado de sujeción a la compleja estructura de intereses y rencores de los que adolecen todos los actores de la cotidianidad política actual.
Estoy convencido de que el movimiento joven tiene una gran oportunidad y responsabilidad para la reconstrucción de la democracia venezolana, de hecho está destinado a jugar un papel protagónico a la vanguardia de esta empresa, siempre y cuando se cumplan los siguientes objetivos:

 Conservar su carácter genuino, encabezar un movimiento de transformación generacional que rompa paradigmas acerca de cómo se debe hacer la política con “P” mayúscula.
 Garantizar una constante renovación de nuevos liderazgos internos, dejar las puertas abiertas para el surgimiento constante de nuevas caras.
 Consolidar estructuras para la acción masiva y concertada a lo largo y ancho del país.
 Lo más importante, generar contenido: Ya hemos tragado bombas lacrimógenas, graffiteado paredes, colgado muñecos, pasado hambre, cosido nuestras bocas, pero ahora llegó el momento en el que como generación debemos comenzar a plantearle soluciones y nuevos modelos al país, acerca de cómo debería solucionarse este embrollo y cómo llegaremos a la Venezuela de progreso y libertad que tanto anhelamos.
 Lograr alianzas y cooperaciones con los demás actores, pero sobretodo contagiar este espíritu de renovación generacional a las estructuras establecidas.

Sólo así nuestra generación entera, y no sólo algunas decenas de dirigentes y un puñado de militantes, podremos invadir a los partidos políticos o crear algunos nuevos, para lograr efectivamente la depuración y reconstrucción de esta necesaria capa de acción de la democracia venezolana.

Cualquier esfuerzo previo estará destinado a la domesticación de lo que hubiese sido un liderazgo fresco, innovador y transformador.

Imagen tomada de Tal Cual Digital, Weil: http://www.talcualdigital.com/weil/viewer.aspx?id=219

viernes, 25 de septiembre de 2009

La revolución una vez más comprometida con la democracia

Ayer la Asamblea Nacional nombró al Comité Preliminar de Postulaciones Electorales que al constituirse de forma definitiva tendrá como objetivo sustituir a dos de los cinco rectores del CNE, Germán Yépez y Janeth Hernández, a quienes se les vence el período a finales de octubre (las designaciones se hacen en tiempos diferentes según establece la ley).

La revolución bolivariana, siempre comprometida con la independencia y el equilibrio de poderes, designó como era de esperarse a 11 diputados del PSUV para integrar este comité. En pocas palabras estos 11 diputados rojo-rojitos controlarán el proceso de designación de dos de los cinco árbitros electorales.

La ley prevé mecanismos para que la constitución de este comité sea lo más equilibrada posible para el beneficio de la democracia, la revolución tiene sus mecanismos para superarlos:

  • Los miembros del comité preliminar se eligen con las dos terceras partes de la AN. No aplica porque más de la 2/3 partes de la AN es roja-rojita.
  • Otros 10 miembros que se sumarán al comité provienen de “otros sectores de la sociedad”, estos serían preseleccionados por el comité preliminar y propuestos a la plenaria de la AN. Tampoco aplica porque será este comité preliminar [del PSUV] el que se encargará de escoger a estos otros 10 miembros de entre cualquier ONG o colectivo pro-oficialista. Además ver punto anterior.
  • El comité final, Comité de Postulaciones Electorales de 21 miembros (mayoría de diputados), presenta a la plenaria de la AN una lista de candidatos a rectores para su designación definitiva. En esta oportunidad los rectores serán “propuestos” por las universidades y por el Poder Ciudadano. Tampoco aplica porque el Poder Ciudadano lo integran la Defensora del Pueblo, la Fiscala General y el Contralor General… ¿tengo que agregar algo acá? [qué curioso que también se les llame el Consejo “Moral” Republicano]. Y por el lado de las universidades se escogerán por supuesto aquellos candidatos propuestos por las universidades sin autonomía y cuyas autoridades fueron designadas a dedo por el ejecutivo nacional.

Los paladines del equilibrio y de la garantía de la independencia de poderes en este caso son los diputados: Saúl Ortega (presidente), Alfredo Murga, Edgar Lucena, Laura Vals, Edgildo Palau, Darío Vivas, Mario Isea, Ricardo Sanguino, Juan José Mendoza, Tulio Jiménez y Marelis Pérez Marcano. Estos integran el comité preliminar y serán los responsables de quitarnos un poco más de democracia.


¿Qué ha hecho el liderazgo opositor en este tema? ¿Volveremos a perder la AN para que esto siga sucediendo? ¿Tendrá este asunto un alto perfil en la opinión pública para exaltar a los abstencionistas o más bien nos autocensuraremos para que el pueblo no pierda la fe en el CNE y vaya a votar? ¿Acaso esta situación no fue producto del llamado a la abstención y de regalar la AN?

viernes, 18 de septiembre de 2009

Mi primera entrada

No sé si dar la bienvenida al hipotético lector de estas letras o advertirle más bien que no pierda su tiempo acá. No estoy claro aún de cuál es el objetivo, o mi verdadera motivación, al crear este blog y por lo tanto no estoy seguro de a quién va dirigido. Tal vez sea un simple intento de creer que alguien pueda prestar atención a lo que tengo que decir, cosa que creo escasea cada vez más, casi tanto como mi interés en que realmente alguien me haga algo de caso.

En todo caso nunca he sido muy exhibicionista, así que descarto que este experimento sea un canal abierto a mi mente y alma. Tal vez pueda reducirse a un simple espacio de almacenamiento de algunas ideas y reflexiones, sobretodo políticas, que siento debo sacar de mi mente de la forma más estructurada posible, tal vez para ir entendiéndome a mí mismo y poder sobrellevar la verdadera aventura que es VIVIR en la Venezuela de hoy. Puedo afirmar que al menos este será mi primer objetivo explícito con este blog, ya veremos hacia donde termina yendo todo esto...